El desperdicio de alimentos es un desafío global, pero tu empresa tiene el poder de marcar la diferencia.
Cada año, el 40% de los alimentos producidos en el mundo se pierde o se desperdicia, mientras millones enfrentan hambre diariamente.
¿Sabes cómo dejar de ser parte del problema para convertirte en parte de la solución?
Un problema grande necesita soluciones empresariales
Beneficios clave para tu empresa:
Reducción de costos y nuevos ingresos:
La reducción del desperdicio optimiza tus operaciones, mejora tu competitividad y puede abrir nuevas oportunidades de negocio.
Menor impacto ambiental:
Al reducir el desperdicio, disminuyes las emisiones de gases como el metano, que contribuyen significativamente al cambio climático.
Impacto social positivo:
Donar alimentos no solo ayuda a las comunidades en inseguridad alimentaria, sino que también refuerza tu reputación corporativa y te permite acceder a incentivos tributarios.
Beneficios para tu empresa
Reducción de costos y nuevos ingresos
Aunque muchas veces los modelos de negocio han incorporado la pérdida o el desperdicio (PDA) como una variable operativa, lo cierto es que muchas empresas están encontrando, en su reducción, nuevas fuentes de ingreso, así como mejoras en los procesos y un aumento de la eficiencia y competitividad.
Históricamente las empresas se han dado el lujo de no prestar atención a la pérdida y desperdicio de alimentos. Eso podría cambiar pronto: a medida que el mundo avanza hacia una emergencia alimentaria y dada la creciente conciencia pública al respecto, los públicos de interés están elevando su nivel de consciencia sobre la pérdida y desperdicio de alimentos y, como resultado, están siendo más exigentes, obligando a la industria a actuar. Dicho de manera simple, abordar la pérdida y desperdicio de alimentos no solo es lo correcto, es un muy buen negocio, y pronto no será opcional. McKinsey and Company
Reducción de impactos ambientales
Al reducir la pérdida y desperdicio de alimentos se reducen los gases efecto invernadero producidos por la disposición final de los residuos orgánicos. Pero el impacto va más allá: al reducir la PDA toda el agua, la tierra de cultivo, el trabajo de los productores en el campo, el transporte, la logística y la energía que implica poner comida en la mesas de todos, cumplirá su cometido: alimentar (y no llenar nuestros rellenos sanitarios).
El 20% de las emisiones de metano causadas por el ser humano provienen de los desechos orgánicos. El metano es increíblemente potente: 86 veces más que el CO2, y responsable de aproximadamente el 45% del calentamiento global reciente. Se estima que para 2050, el 83% de las emisiones de metano provendrán de países de ingresos bajos y medianos en todo el mundo. Reducir la contaminación por metano será determinante para evitar los peores impactos del cambio climático. Global Methane Hub
Impacto social en la lucha contra el hambre
Las estrategias de donación de alimentos son una de las alternativas que debe incluirse en una gestión responsable de la pérdida y el desperdicio. Al hacerlo se aporta a la superación de la inseguridad alimentaria moderada o severa, que enfrenta por ejemplo el 25% de la población colombiana, según el Programa Mundial de Alimentos (2024). Además se pueden obtener incentivos tributarios importantes, como los que recientemente aprobó la Ley 2380 de 2024.
13 millones de personas en Colombia se encuentran en inseguridad alimentaria y de este grupo 1,6 millones están en inseguridad alimentaria severa, presentando brechas extremas en el consumo de alimentos, alta vulnerabilidad económica y, en muchos casos, utilizando día a día estrategias de supervivencia irreversibles que ponen en riesgo su integridad. Además, la mitad de los hogares en el país (51%) se mantienen en una situación de seguridad alimentaria marginal, y son susceptibles de caer en inseguridad alimentaria por choques, entre ellos, eventos asociados a afectación climática. Programa Mundial de Alimentos
Únete en 3 pasos simples:
1. Responde el diagnóstico:
Identifica el impacto que tu empresa puede generar.
2. Accede a herramientas gratuitas:
Descubre soluciones prácticas para optimizar tus operaciones y reducir el desperdicio.
3. Sé parte del cambio:
Conecta con la Alianza Cero Hambre para empezar a generar impacto hoy.
Datos clave
que no puedes ignorar
1.050.000.000 Ton
1,050 millones de toneladas de alimentos se desperdician cada año
20%
El 20% de las emisiones de metano provienen de desechos orgánicos.
34%
En Colombia, el 34% de los alimentos disponibles terminan desperdiciados.
Preguntas frecuentes
¿Qué tan grave es la situación de desperdicio de alimentos en el mundo?
Según el más reciente informe de UNEP, en 2022 el mundo desperdició 1.050 millones de toneladas de alimentos. Esto supone el desperdicio de una quinta parte (19%) de los alimentos disponibles para los consumidores, un desperdicio procedente tanto del comercio minorista como de los hogares y los proveedores de servicios alimentarios. A esto hay que añadir que el 13% de los alimentos se pierden en la cadena de suministro en el período comprendido entre después de la cosecha y la venta al por menor, según estimaciones de la FAO.
La pérdida y el desperdicio de alimentos generan entre el 8% y el 10% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI), lo que representa casi cinco veces las emisiones totales del sector de la aviación. Una pérdida que contrasta con la situación actual en la que 783 millones de personas que padecen hambre y un tercio de la humanidad se enfrenta a la inseguridad alimentaria.
¿Cuál es la situación en Colombia?
Según un estudio realizado por el Departamento Nacional de Planeación (DNP) en el 2016 – el más reciente disponible – en Colombia se pierden o desperdician 9,76 millones de toneladas de comida al año. Esta cifra representa el 34 por ciento del total de los alimentos que el país podría consumir durante un año, es decir que por cada 3 toneladas de comida disponible en Colombia, una tonelada va a la basura. De acuerdo con los resultados, el 40,5% (3,95 millones toneladas) se pierde o desperdicia en la etapa de producción agropecuaria, el 19,8% (1,93 millones de toneladas) se pierde en el proceso de poscosecha y almacenamiento, el 3,5% (342 mil toneladas) en los procesos de procesamiento industrial. Los cálculos del estudio también muestran que el 20,6% (2,01 millones de toneladas) se desperdicia en la distribución y retail y el 15,6% (1,53 millones de toneladas) se desperdicia en los hogares.
El caso más grave es el de las frutas y vegetales, pues por cada 10.434.327 toneladas disponibles al año, se pierden o desperdician 6.081.134 toneladas, lo que equivale al 58 por ciento.